La experiencia que no tuve
el diablo en el cuerpo
y mientras el cuerpo expiraba en la página
la página tenía cuerpo de mar
un párpado horizonte
el diablo en el piélago
y mientras yo escribía el pliego
el diablo se desplegaba
y mientras el diablo navegaba
yo lo seguía en mi bote de papel
pero yo no sabía qué era el diablo,
más bien el diablo estaba en otro lado
y yo no conocía ese lado
Un secreto se bebe
sin oír las palabras
y ahora ¿qué haré
sino callar esta barbacana
y calificar de precario
un cruzamiento
de personajes desparejos?
A ojos vista se acoplan jumentos impares
sin hablar a veces
porque no se conocen sino raramente
cada cual aporta un vestigio de vida,
a su hora y todos juntos
estos particulares inconexos enredados
salvo que uno se detenga un minuto más,
salvo que uno quiera filtrar más que flirteo
y en la encrucijada se pregunte:
¿hasta dónde y hasta cuándo doy pistola?
El genio está encerrado en la botella
pero la materia se pervierte
allí dentro
De hecho se diría que uno apenas llega a cumplir once años
viernes, 28 de noviembre de 2008
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