jueves, 19 de marzo de 2009

EL DOLOR (Amalia Bautista, española)

El dolor no humaniza, no ennoblece,

no nos hace mejores ni nos salva,

nada lo justifica ni lo anula.

El dolor no perdona ni inmuniza,

no fortalece o dulcifica el alma,

no crea nada y nada lo destruye.

El dolor siempre existe y siempre vuelve,

ninguno de sus actos es el último

y todos pueden ser definitivos.

El dolor más horrible siempre puede

ser más intenso aún y ser eterno.

Siempre va acompañado por el miedo

y los dos se alimentan uno a otro.

jueves, 12 de marzo de 2009

AMOR A LA FRANCESA (Issa Martínez Llongueras, mexicana)

Valsearemos al ritmo del champán,
flirteando en las efervescencias de su ámbar
líquido, disipándonos dentro de nuestras copas
de cristal cortado.
Intrincadas nuestras manos en le Pont des Arts,
derramaremos nuestro cuerpos en las estrellas
de mercurio que besan el Sena.
Permitiré que me hagas tuya
si me haces el amor en francés...
Vous fera font mon amour?

martes, 10 de marzo de 2009

TIEMPOS (Luis E. Prieto, español)

Es tiempo

de llorar mariposas

para que las mañanas no acumulen

más lágrimas en los cristales empañados por la niebla.



Tiempo de desbancar

esperanzas frustradas en las noches

que reverberan gritos de auxilio,

de definir

el final de los besos y de las risas,

de remover

el vacío que se estremece en los días.



No es tiempo aún

del suicidio de los ángeles

que han ido tropezando

en los interminables murallones de un río

que fluye pausado hacia la voz callada,

la palabra oculta,

la mirada triste.



Tiempo de amarillos y rojos

en la esperanza estéril,

de verdes sin camino,

de madrugadas que difuminan oscuros

desiertos y ojos sin mareas.



Tiempos en los que la desidia

sucumbe a la fe y al amor.

lunes, 2 de marzo de 2009

LA CATÓLICA (Xavier Oquendo Troncoso, ecuatoriano)

Cristóbal:
repite conmigo la oración castellana
y que en las grandes olas la oración se repita.
Que puedas llegar hasta el fondo de este mundo sin fondo,
que no tiene vértice y que parece un huevo sin retorno.
Espero tus especias: las esencias prometidas
y esa transparente complicidad
que conspira entre nosotros.
Las joyas se van contigo hasta donde el mar las haga flotar.
Son finas piedras. Cuida de su recuerdo,
como he cuidado yo de tu locura.
Ve hasta las Indias y conquista esas matas de aromas.
Tráelas hasta donde su majestad
pueda olfatearlas.
Y después, vuelve a repetir la oración castellana.
Yo te estaré esperando toda esta vida de especias,
toda esta muerte de esencias.