jueves, 28 de julio de 2011

FRANCESCA (Ezra Pound, norteamericano)

Emergiste de la profunda noche
con flores en tus manos,
ahora emergerás de una confusa muchedumbre,
de un tumulto de conversaciones que te ronden.

Yo que te vi entre las cosas primordiales,
me encolericé cuando tu nombre pronunciaron
en lugares ordinarios.
Desearía que las frías ondas inundaran mi alma
y el mundo se marchitase como una hoja muerta
o cual vaina de diente-de-león, arrebatado,
para poder de nuevo hallarte,
pero sola.

lunes, 18 de julio de 2011

HOY ES TU TIEMPO REAL. Dedicado a Maradona (Mario Benedetti, uruguayo)

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amos quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.

Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta

Tu esperanza ya sabe su tamaño
Y por eso no habrá quien la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.

Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año, y otro año
Les has ganado a tus sombras, aleluya.

lunes, 4 de julio de 2011

CONFIESO QUE HE... (Alina Galliano, cubana)

Confieso que he cambiado los ojos de mis días.
Hoy los dejos mirar incertidumbres a lo ya conocido,
les digo que no deben seguir a punto el Norte
y mucho menos el Sur que habitan los espejos
ni lo izquierdo al Oeste que marca paralelos,
tampoco han de ajustarse a un Este
sobre el eje de las constelaciones.
Los ojos de mis días deben vivir al margen
de lo que ya es sabido por magos y filósofos
o aquellos que recuerdan como leerle a las cosas antiguas
que caminan los cielos o las cúpulas,
sus secretos de aparentes ausencias
porque sus soledades saben estar a solas
sin que hayan manos que puedan contener
el tamaño del éxodo al oído o la traquea.
Lámparas y campanas despiertan una porción a los sentidos
y evaporan la otra mitad que los contiene,
allí no existen los lugares para guardar memorias,
allí se coexiste sin retener imágenes
y el olfato es la única estructura que puede
definir las retinas a esferas de una palabra o nombre,
a juegos sobre el párpado que ciego se desdobla
y para recordarte te disuelve y te suelta
para al fin recogerte detrás de lo que pudiese
llamarte a la apariencia de lo que crees que eres.