viernes, 31 de diciembre de 2010

EVERNESS (Jorge Luis Borges, argentino)

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
Y la cifra en Su profética memoria
Las lunas que serán y las que han sido.

Ya todo está. Los miles de reflejos.
Que entre los dos crepúsculos del día
Tu rostro fue dejando en los espejos
Y los que irá dejando todavía.

Y todo es una parte del diverso
Cristal de esa memoria, el universo;
No tienen fin sus arduos corredores

Y las puertas se cierran a tu paso;
Sólo del otro lado del ocaso
Verás los Arquetipos y Esplendores.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

PRÓLOGO (María Paz Argentieri, italiana)

1

Si coges los numerosos cabos
de cualquier hilo
e intentas contarlos
entre los dedos te quedan
deshilachados
vuelven al origen
de la madeja informe.


2

Estrecha el viento
recoge el agua
bebe el silencio.
No te preguntes
cuál el hidrógeno
dónde el oxígeno
por qué la oscuridad.


3

¡Alto! Donde comienza
esta juntura de la red
laberinto predilecto
de pensamientos
un gesto, una palabra
es la catástrofe
meteoro
que parte en dos
un cometa.

jueves, 28 de octubre de 2010

RESACA (Yolanda Bedregal, boliviana)

Cuando ya la resaca deje mi alma en la playa,
y del arco agobiado de mi espalda se vaya
el ala cercenada, cual vela desafiante,
en cicatriz y estela prolongará el instante.

Quedarán vigilando, símbolo intrascendente,
dos pobres ojos pródigos y una mendiga frente.
¡Catacumba de agua, amor! ¡No me conoces!

Ni nadie nos conoce. Sólo hay fugaces roces,
desencuentros, en la prieta mudez de encrucijadas.
Expían su demora presencias nunca halladas.

No son cruz ya los brazos ni altar para holocausto
de salvajes ternuras. Con su claror exhausto,
un sol desalentado ahonda los abismos.

Somos polvo y lucero, todo en nosotros mismos.

Para esta elemental ceniza taciturna
sea la inmensa lágrima del Mar celeste urna.

lunes, 27 de septiembre de 2010

OTOÑO (Carlos Martin, español)

Arregla los papeles. Es ya tiempo. No temas
al rigor del invierno. Aún hay fuego. Arde
un rescoldo de amor y al fulgor de la tarde
nacen aún los besos, los poemas.

Después de todo, mira, no importa, hemos vivido
al borde cotidiano del asombro,
una mirada basta, la voz con que te nombro
basta para olvidar la muerte y el olvido.

¿Para qué regresar en busca de la aldea
natal? El tiempo pasa. Si abres la ventana
de nuevo nace el mundo. Déjame que te vea
a la orilla del alma, real, mía, cercana.

Somos hambre, penumbra, testimonio de seres,
nada nos pertenece, somos rumor profundo
del prodigio que pasa. Escúchame, no esperes
nada más. Mira. Ama. Despídete del mundo.

domingo, 22 de agosto de 2010

¿AIRE O TIERRA? (Cecilia Castillo, chilena)

Y si muero, antes de ser tuya

que canten las mariposas

y todos los pájaros callen,

que oscurezca más temprano

y que la frívola luna

palidezca vergonzosamente.

Y que vengas a mi entierro

con una lágrima en

tu cuaderno

y un paso, aunque triste

masculino y seguro.

Que abraces a mis amigos

y envíes una breve nota

a mis corresponsales.

Que pongas tú la tierra

en mi tumba

sin flores, sin llantos.

Pero, que no me digas

ningún adiós

pues habré de volver

a pagar mi deuda.

Y volveré en la forma

que tú prefieras:

como aire o agua,

tierra o fuego.

Para ser tuya

en fera(o)z abrazo

en abrazo tuyo

en tu abrazo.

jueves, 12 de agosto de 2010

CARTA A UNA EXTRANJERA IMAGINARIA (Porfirio Mamani Macedo, peruano)

Recojo estas palabras del silencio que me abrigan,
en tu ausencia ; hoy cuando camino
por los laberintos que habitan las ciudades.
¿Dónde estarás tú, extranjera, hoy cuando te escribo ?

¡Cómo no imaginarte, lejana y dulce ;
apasionada y triste, por las orillas de este río !
Allá estarás tú, en el extremo de la tierra,
esperando la voz, ésta que te busca entre las gentes.

No son sólo los mares los que dan reflejo
a tus cansado ojos, son también,
los espejismos que cubren los desiertos.
Siento que los vientos australes me alargan tu mira.

En tu mansa cabellera se pierde mi silencio,
hoy cuando llueve inquietudes en mi pecho,
hoy que llevo mi cara de triste caminante ;
mas por allá va una estrella buscando su destino.

Tan lejos están tus pasos de los míos,
tan lejos tu mirada de la mía,
tan fundida va la sombra en la sombra ;
pero los corazones, envueltos de esperanzas, borran inmensidades.

domingo, 1 de agosto de 2010

ARICA 2012 (Florencio Faúndez Saavedra, chileno)

Caerán las barreras de las fronteras
y los cielos se abrirán majestuosos
esperando que aparezcas radiante,
iluminada,
rodeada de aguas y frescos manantiales
con nuestros nombres de pila
colocados en los nuevos corredores
del territorio que esta vez
si llegarán lejos a Roma.
Los vecinos llenarán las calles
comentando nuestros secretos
de fin de semana.
El almacenero de enfrente
te ofertará comida china,
yogur, queso y pancito fresco.
El suplementero más ambicioso
tirará por debajo de la puerta
el nuevo valor cambiario del dólar.
el euro, el yen, el peso chileno
y las últimas disposiciones
con la nueva planificación de la urbe:
casas sin cielo
para acoger milagros.
La población continuará
con la aceptación ritual
de las momias de siempre
rellenando nuestras mentes
de encuentros cercanos,
chupa cabras, salidas de mar,
de madre, techos voladores
y la larga lista de inversionistas
que esperan por un cupo
casi imposible.
Tampoco te extrañará
que el tiempo esta vez
pronostique
que cientos de bombas
podrían caer ahora
sólo en objetivos militares
a unos cuántos metros de escuelas,
sin que las dañen, maten civiles
ni hagan desaparecer hospitales.
Menos desearás
guardar un día
por los que están muriendo
al recibir una carta.
Los sábados podrás aprovecharlos
lanzándote en la ancha cama de dos plazas
que luego estirará tu tía
protegiéndola de miradas blasfemas
en alguna feria de antigüedades.
Como tu miedo acostumbrado
a que salten por la reja de calle
los que perdieron su lugar y su silla
junto a los que quieren adueñarse
de techos y alturas
agarrando el mejor vuelo
que les ofrecen cada día
a los ariqueños
con todos nuestros esfuerzos
de poderlos sujetar
de un pie, una mano o la cola
mientras se pueda.

lunes, 19 de julio de 2010

A PUNTO DE UN VIAJE EN COCHE (Francisco Brines, español)

Las ventanas reflejan
el fuego de poniente
y flota una luz gris
que ha venido del mar.
En mí quiere quedarse
el día, que se muere,
como si yo, al mirarle,
lo pudiera salvar.
Y quién hay que me mire
y que pueda salvarme.
La luz se ha vuelto negra
y se ha borrado el mar.

jueves, 17 de junio de 2010

VIENTO DE AYER (Torcuato Luca de Tena, español)

¿Es tu hija, verdad? la he conocido
por la estrellas fugaz que hay en sus ojos,
la cabeza inclinada y la madera,
tan tuya, de mirar lleno de asombro.

¿Es tu hija, verdad? lo han presentido
-¡desde tan hondo-
unos vientos callados que dormían
bajo las aguas quietas, en el pozo
de los tiempos perdidos, donde guardo
las hojas que cayeron
de los sauces remotos.

Tiene luz en la frente
-tu misma luz-. Y el gesto melancólico.
Tiene el cuello tan frágil como tú lo tenías
y en el pelo los mismos
pájaros locos.
Tiene un viento de ayer entre los dedos,
y en el rostro...
tu firma escrita
con otra sangre
que no conozco.

lunes, 7 de junio de 2010

SIMETRÍA Y FULGOR DE LA NIRVANA (Rodolfo Kahn, chileno)

Simetría y fulgor de la NirvanA
por un instante

¿Alguien podría olvidar a Ana vriN
y esa costumbre suya inveterada de dormirse desnuda delante
de un espejo antimateria?

sábado, 6 de marzo de 2010

AGUA CALMA (Josecito Bernui, peruano)

Caray,
cómo decirle a sus desdenes
que mi deseo es blanca misa
pasión sumisa
cuan tibias manos sobre cuna
que mi amor es agua calma
que es un alma
silenciosa de cariño
que es un niño
rezándole a la luna.

jueves, 18 de febrero de 2010

ASTRO MUERTO (Fabio Fiallo, dominicano)

La luna, anoche, como en otro tiempo,
como una nueva amada me encontró;
también anoche, como en otro tiempo,
cantaba el ruiseñor.
Si como en otro tiempo, hasta la luna
hablábame de amor,
¿por qué la luna, anoche, no alumbraba
dentro mi corazón?

miércoles, 27 de enero de 2010

MEDITERRÁNEO (Joan Manuel Serrat, español)

Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya...
y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,... que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos
de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.
A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...
Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...
¿Qué le voy a hacer?, si yo
nací en el Mediterráneo.

Y te acercas y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea
te vas, pensando en volver,
eres como una mujer
perfumadita de brea
que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

¡Ay... si un día para mi mal
viene a buscarme la parca!
Empujad al mar mi barca
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.
Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte,
quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...
Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo.

miércoles, 13 de enero de 2010

CANCIÓN DE LA NIEVE QUE UNIFICA AL MUNDO (Luis Rosales, español)

Somos hombres, Señor, y lo viviente
ya no puede servirnos de semilla;
entre un mar y otro mar no existe orilla;
la misma voz con que te canto miente.

La culpa es culpa y oscurece el bien;
sólo queda la nieve blanca y fría,
y andar, andar, andar hasta que un día
lleguemos, sin saberlo, hasta Belén.

La nieve borra los caminos; ella
nos llevará hacia Ti que nunca duermes;
su luz alumbrará los pies inermes,
su resplandor nos servirá de estrella.

Llegaremos de noche, y el helor
de nuestra propia sangre Te daremos.
Éste es nuestro regalo: no tenemos
más que dolor, dolor, dolor, dolor.

viernes, 1 de enero de 2010

NARCISO (Rosa Chacel, española)

¿Dónde habitas, amor, en qué profundo
seno existes del agua o de mi alma?
Lejos, en tu sin fondo abismo verde,
a mi llamada pronto e infalible.

Nuestras frentes unánimes separa
frío, cruel cristal inexorable.

Zarzas de tus cabellos y los míos
tienden, en vano, a unir lindes fronteras.

Sobre el mío y tu cuello mantenido
un templo de distancia en dos columnas
silencio eterno guarda entre sus muros;
nuestro mutuo secreto, nuestro diálogo.

Silencio en que te adoro, en que te encierras,
recinto de silencio inaccesibles
y lugar a la vez de nuestras citas.

¡Siglos espero frente a la cruenta
muralla dura que lamento inerme!

Eternidades entre nuestras bocas
a cien brisas y a cien vuelos de pájaros.

¿Para qué pies que hollaban la pradera
jóvenes, blancos corzos corredores
si no me llevan hacia ti ni un punto?

¿Para qué brazos tallos de mis manos
si jamás alcanzarán a estrecharte?

¡Límpida, clara linfa temblorosa
jamás en nuestro abrazo aprisionada!

¿Para qué vida, en fin, si vida acaba
en el umbral de la mansión oscura
donde moras sin hálito, en el vidrio
que con mi aliento ni a empañar alcanzo?

¡Oh, sueño sin ensueño, muerte quieta
lecho para mi anhelo, eterno insomne!

¡Único al fin reposo de mis ojos
tu infinito vacío negro espejo!