He construido sendas de sueños y suspiros
para que pudieras recorrer
el camino hacia mi centro…
¿Te habrás quizás ahogado en mi última lágrima?
Sólo dime, ¿tengo que buscarte allá afuera en las selvas del mundo
o es en el laberinto de mi ego que te has escondido,
disfrazada de duende?
Desmigajo la consistencia de mi esencia,
me hundo en la pulposa carne uterina
tragada por el recuerdo.
He perdido mis pies.
¿Cómo haré para buscarte en todas las ciudades?
Vagaré afrentada por la gente
que ha odiado nuestro amor,
vagabundearé como un payaso olvidado
hacia nuestro mar.
Sé que estás allá escondida,
en la panza de alguna caracola.
Lo sé porque es así que llegaste a mí.
Yo era dura concha bivalva,
mi coraza protegía
la blanda carne rosácea de mis sentimientos.
Grano de arena, entraste
por el pasaje que te dejé, distraída,
entre las dos valvas.
Tu mundo se volvió perla
en mi regazo.
Desde mi vientre resplandecías
como la estrella más bella.
Cuando tuve que entreabrir al mundo
mi dura coraza,
el mundo te vio tan linda,
que te llevó lejos de mi.
Ya no eres mía.
Eres del mundo.
Y brillas con la misma hermosura.
Mi cáscara te recluía
y te encerraba.
Ahora resplandeces allá afuera
y es lindo pensar que
reflejas la cálida luz del sol
y no sólo
el rosáceo centelleo de mis entrañas.
Pero yo me siento lo que soy o sea
una almeja vaciada de su tesoro y de su amor,
violada en su secreto,
con la carne herida por el cuchillo
que le arrebató su perla,
sola y cansada,
sacudida por las olas del mar
en la ribera.
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2 comentarios:
Realmente¡HERMOSO!
Una bella forma de decirle a una hija todo el amor que por ella se siente.
Espero autorices mi comentario.
Saludos.
Nunca va a dejar de asombrarme hasta adonde llega el poema sòlo, por su cuenta. Hou lo encontrè en tu blog, y te lo agradezco. También agradezco el comentario que el poema recibiò, y me asombra todavìa màs: no fue escrito para una hija, pero me parece estupendo que tù lo hayas pensado. Cuando sale del bolìgrafo el poema emprende una vida propia, se otorga a sì mismo los sentidos que quiere.. a mi sòlo me toca recoger los frutos. Gracias por sta fruta sabrosa de hoy.
Silvia Favaretto
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